domingo, 4 de febrero de 2007

LOS INICIOS DE AZPITIA

EL DOCUMENTO HISTÓRICO

El 1º de marzo de 1,901, el Presidente de la República don Eduardo López de la Romaña, dicta la Resolución Suprema otorgando a don José Candelario Caycho, y otros, la concesión para irrigar las pampas de Azpitia. Este documento por razones de transporte recién llegó a mano de los solicitantes el 11 de marzo de 1,901. Era la Suprema Resolución que les otorga el derecho a la propiedad de la pampa de Azpitia, para lo cual los concesionarios salvaron todos los requisitos que allí se les imponía.
Ese día el sol caía de pleno en toda la quebrada. Un acentuado espejismo predominaba en la todavía inhóspita pampa de Azpitia; a la distancia se veían las tranquilas aguas del océano Pacífico; el río Mala discurría sus aguas turbulentas y el verdor de los cultivos en los repartos coloniales se observaban a los pies de los hombres que caminaban calurosos por la orilla del barranco.
Su líder los había convocado a la misma pampa para darles la buena nueva; allí estaban todos sobre las calientes tierras llenas de caliches; apeados los jinetes y ansiosos por conocer el tenor del documento que venía del Palacio de Gobierno de Lima.
Los fundadores sintieron bastante alegría cuando este documento histórico les fue leído y en ese mismo momento y lugar determinaron que el 11 de marzo de 1,901, sería la fecha de fundación de la Irrigación de Azpitia.

EL NOMBRE DE SAN VICENTE DE AZPITIA

En señal de gratitud al Altísimo y demostrando ser unos fervientes creyentes de los dogmas de nuestra fe, deciden tomar aquél 11 de marzo de 1901, como el día de la fundación de Azpitia y nombran a San Vicente Mártir, como su patrón. Existen en la comunidad las pruebas fehacientes de estos hechos, uno de ellos es el Libro de Actas de la Sociedad Irrigadora de las Pampas de Azpitia, que actualmente permanece en poder del Sr. Vicente Caycho Ruiz.
Se atribuye que escogieron a este santo español porque así reza este día en el Calendario Católico. Sin embargo la festividad de dicho santo fallecido en el año de 304 durante la persecución de Dioclesiano, se celebra mundialmente el 22 de enero (Dioclesiano fue el emperador romano Cayo Valerio que persiguió ferozmente a los cristianos).

LOS TREINTA VALIENTES

Estos trabajadores merecen recordarse porque en nuestra Historia Republicana apenas hay alguna que otra obra que se le asemeje.
Todos venían semanalmente a trabajar de lejos trayendo sus víveres y recados para su alimentación, mayormente a pie o en sus modestas acémilas. Pongamos como ejemplo sólo a los que venían de Bujama, ellos tenían que caminar algo de 20 kilómetros llevando a cuestas todo lo necesario para sobrevivir una semana de trabajo.
El medio de transporte lo componían jumentos, mulas y caballos; esos animales tan dóciles, tan sufridos y que tantos servicios han prestado a la humanidad, servían para el acarreo de todos los materiales y herramientas. Las cosas más preciadas en ese lugar agreste y lejos de su casa eran sus herramientas y su bestia de carga. El campesino de comienzos del siglo XX confiaba totalmente en su montura que les conducía por todos los caminos aún sin sombra como los de Azpitia. El animal de carga es el objeto de su predilección; cuando descansan es a él que dirigen su atención, al que primero dan de beber y nutren. Para su jumento o caballo buscan los mejores pastos pero una vez en la silla exigen de él todo lo que pueden dar.

Entre los medios de transporte, el asno cumplió un rol importante en la construcción del canal. Es un animal dócil que se adapta a cualquier clima y está bien dotado para caminar en todo terreno. Los campesinos dicen que llega a donde no lo hace el caballo y pueden girar en curvas muy cerradas. Aparte que son muy económicos porque son "buenos pobres" con su alimentación. Sobre sus lomos, los fundadores acarrearon leña, agua, tierra, herramientas y les servia para viajar a sus lugares de origen.
Aquí un paréntesis que quizás no tenga que ver con la historia de Azpitia, pero las Sagradas Escrituras nos recuerdan que el patriarca Abraham atravesó los abruptos terrenos del monte Moria montado en un asno. Eso mismo hizo Jesús en su entrada triunfal a Jerusalén.
Así pues, aquellos hombres soportaron las privaciones que les imponía la jornada con una entereza y estoicismo verdaderamente heroicos. Muchas veces descalzos, con sed y hambre trabajaron abriendo los abismos por donde cruza el canal.
Pocas personas hubieran luchado con tanto tesón ni sufrido con tanta resignación los rigores del hambre y la sed, del calor y el cansancio como lo hicieron estos treinta humildes campesinos.
Los trabajos en tiempo de verano fueron los más penosos por los ardores de un sol abrazador y la sed que tanto atormentó a la mayoría. Si imaginamos este contingente al término de su labor en la tierra seca y salitrosa, nos parecería un puñado de hombres en derrota, incapaz de hacer algo grandioso. Sin embargo estos hombres se llenaron de gloria y son los verdaderos héroes de esta pequeña aldea y bajo su nombre sus descendientes están comprometidos a seguir luchando para mejorar lo que de ellos heredaron.
Ese ejemplo de lucha, es el que debemos seguir las nuevas generaciones y desterrar aquellos sentimientos decadentes que consisten en no mejorar las cosas que llegan a nuestras manos.
Debemos demostrar que los fundadores no sembraron en tierra estéril, que sus nietos, bisnietos o los hijos de éstos, así como los nuevos propietarios, continúan esa tarea de engrandecer a nuestra patria noble y generosa. Hay que borrar la creencia que el campesino es una persona adormecida y estancada. Sintámonos orgullosos de pertenecer a este lugar ubicado estratégicamente en dirección a los cuatro vientos: al norte apunta hacia las montañas de donde viene el agua que es fuente de vida; al sur se divisa el mar, puerta del mundo; al este donde nace el sol, dios de nuestros antepasados; al oeste la cadena de cerros cual muralla que protege la comunidad.


LOS FUNDADORES DE AZPITIA

1. José Candelario Caycho
2. Alejandro Valderrama
3. Nicasio Malca
4. Tomás Navarro
5. Juan Luis Caycho
6. José Manuel Caycho
7. Manuel Criset
8. Fermín Chumpitáz
9. José Arias
10. Jacinto R. Chauca
11. Martín E. Chauca
12. Ruperto Gómez
13. Santiago Arias
14. Anacleto Agapito
15. Nemesio Agapito
16. Manuel Arias
17. Juan Aburto
18. José de la Cruz Arias
19. Fortunato Torres
20. Juan de Dios Quispe
21. Pablo Manco
22. Lucas E. Champác
23. Narciso Cuya
24. Buenaventura Cuya
25. Cipriano Cuya
26. Saturnino Yaya
27. José A. Agapito
28. Calixto Chumpitáz
29. Eulogio Rodríguez
30. Rosas Arias

FUENTE: Escritura del Convenio de División y Adjudicación de los terrenos celebrados por los concesionarios de la obra de irrigación de las pampas de Azpitia, el 12 de agosto de 1,903, ante el Notario Dr. J. Octavio de Oyague, Lima; cuyo original se encuentra actualmente en la Sección Notarías del Archivo General de la Nación.

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