domingo, 11 de noviembre de 2007

Santa Cruz de Flores

EL PISCO DE FLORES.
Santa Cruz de Flores es uno de los dieciséis distritos que conforman la provincia de Cañete en el departamento de Lima, Perú. Los cruceños más conocidos como “Florinos” se dedican mayormente a la agricultura y en cuanto a antigüedad compiten con los de Ventarrón, en Chiclayo y Caral en Huacho, los más antiguos de América. La explotación de las tierras de Santa Cruz de Flores se iniciaron en las lomas de Lapalapa y Azpitia, según Federico Engels hace más de cuatro mil años.
El origen del nombre de este distrito es muy discutible pues muchos no comparten la afirmación de que en 1860 un sacerdote de apellido Flores plantó una cruz en el lugar dando inicio al nombre de Santa Cruz de Flores. Si esta afirmación fuera cierta entonces por qué en el Archivo General de la Nación existen documentos de mucho antes reconociendo al lugar como Flores y otros como Miraflores. Y qué decir del contrato entre don Jerónimo de la Cueva con la Corona Española adquiriendo el primero las tierras de Callaya, Remuzgo y El Huayco suscrito el 21 de marzo de 1742, siendo virrey del Perú don José Antonio de Mendoza. Pero dejemos a los historiadores esta tarea tan delicada y hablemos de nuestro propósito: EL PISCO Y VINO DE FLORES.
El mérito de iniciador de la producción de vinos en el lugar lo podemos atribuir a don Serafín Chauca Arias mientras que don Jesús Conde Toribio fue el iniciador de la producción de pisco en 1910. Esto lo digo basándome en las informaciones actuales de los veteranos del pueblo, sin embargo el historiador chileno Vicuña Mackenna dice que cuando los soldados chilenos pasaron por el pueblo de Flores en diciembre de 1880 tomaron un licor que los naturales llamaban pisco. ¿Se trataba de un pisco elaborado en Flores? Otro dato importante lo encontramos en el Libro de Actas de la Sociedad Irrigadora de las Pampas de Azpitia, de fecha 1901, donde menciona que don Pedro Chumpitáz, natural de Flores, obsequió una botella de pisco a los fundadores de Azpitia.
Actualmente existe una asociación vinícola con el nombre de Asociación Vitivinícola Artesanal de Santa Cruz de Flores, fundada el 16 de marzo del 2002 gracias a la iniciativa de los esposos Gladys Trigueros y Luis Portocarrero, siendo su primer presidente don Aurelio Conde Huapaya, propietario de la vitivinícola San Felipe. Luego la institución fue presidida por don Smith Avalos Washiyama, dueño de la vitivinícola San Juan. Este año lo preside don Mario Camacho.
Los vinos y piscos producidos en Santa Cruz de Flores son de los mejores y capaces de competir con los mejores vinos del mundo. Sin embargo el pisco y vino natural de esta tierra bendita no tiene necesidad de salir a competir en otras latitudes.
Entre las vitivinícolas mas importantes tenemos las siguientes: San Juan, Claro, Suc. Andrés Arias Ayala, Nene, Don Elías, Don Daniel, Tello, Don Toribio, Santa Cruz de Flores, Viña Florina, San Felipe, Luján e Hijos, La Candelaria, etc.
También es muy conocida la bodega y alambique El Conde de Cañete del barrio Maracaná. Pero como dato importante es necesario dar a conocer que en el territorio de Santa Cruz de Flores se produce vinos en forma artesanal en casi todos los hogares.

viernes, 24 de agosto de 2007

FIESTA DE LOS AGRICULTORES DE AZPITIA


(Condensado del libro Tiempos: ¿Leyenda o Historia?)

28 de agosto de 1,902

"Los vientos alisios y remolinos sobre la pampa salitrosa cubierta de huacas y altibajos, parecían rendirse ante los treinta hombres que celebraban jubilosos la primera victoria de su atrevida obra de ingeniería hidráulica. El sol, dios de nuestros antepasados atestiguaba la felicidad de aquellos agricultores que sudorosos izaban la Santa Cruz, en señal de gratitud al Divino Hacedor, por haber logrado el anhelo de dotar de agua a las tierras de Azpitia.
Era aproximadamente las tres de la tarde del 28 de agosto de 1,902 cuando llegaron las aguas del río Mala a las áridas tierras de este Balcón del Cielo y empezaron a discurrir sin rumbo por la pampa. Los hacendados y algunos contemporáneos de la época no podían creer que este puñado de humildes campesinos había desviado las aguas del río Mala y mediante un acueducto conseguían elevarlo casi cien metros sobre el nivel del río.
Aquél lejano día del 28 de agosto de 1,902, no amaneció nublado como ocurre generalmente en esta época de invierno. El sol ascendió más brillante que de costumbre y cuando las aguas se esparcieron por la agreste llanura, los rostros endurecidos por el aire y tostados por el sol de aquellos hombres se emocionaron hasta las lagrimas. Se metieron al canal y se empaparon con agua, estaban alegres, felices, reían y se abrazaban. De rodillas dieron gracias a Dios y cogiendo el agua hicieron la Señal de la Cruz.
Luego bajaron al río y cortaron los sauces más grandes del monte, de cuyos tallos hicieron una cruz y lo plantaron en el mismo lugar donde las aguas del río Mala alcanzaban la parte plana, allí frente al Santo Madero se tomaron de la mano y rezaron el Bendito."

28 de agosto del 2007

Este año los dirigentes del Comité de Regantes de Azpitia organizaron la celebración de la fiesta por la llegada del agua a estas pampas. Pero hay que dejar constancia que el canal de Azpitia fue dañado gravemente por el terremoto del 15 de agosto del 2007, sin embargo los agricultores con sus dirigentes a la cabeza emprendieron la dura tarea de reconstruir el canal que habia sido borrado en muchos tramos, especialmente en los lugares donde los acantilados se presentan de manera vertical, tales como los sitios llamados "Salsipuedes", "El Combate", La Piedra de Calixto" "El Paso" "La Pascana de Tata", etc. Pero aquí otra vez los azpitianos demostraron que van un paso adelante, ya que sin esperar ayuda de nadie empezaron con la reconstrucción del canal al siguiente día del sismo, logrando en una semana dejarlo limpio y en perfecto estado. En esta tarea se invirtieron 305 días-hombre de trabajo y los agricultores aportaron casi mil dolares en efectivo para gastos extras.
El Comité de Regantes de Azpitia tiene su local en la avenida San Lucas Nª 23, el mismo que cuenta con telecable, internet, computadores y una secretaria que atiende a los agricultores en horas de oficina. Los regantes son informados de manera eficiente acerca de sus turnos de agua y los pagos por uso de agua.

Este año, con motivo del 105 aniversario de la llegada del agua a las pampas de Azpitia, los dirigentes del Comite organizaron la ceremonia cuyo programa fue el siguiente:
A las 12.00 del día fue la Misa de Campaña de Acción de Gracias en el sitio de La Cruz, celebrada por el R.P. Julio Ontiveros; donde después de la Misa se implantó como una reminiscencia el acto de coger el agua del canal, ser bendecida por el sacerdote y todos los presentes se hicieron la Señal de la Cruz con esa agua. Este acto evocaba la acción de los fundadores, quienes cuando llegó el agua hicieron lo mismo pero cogiéndolo del canal.
Enseguida fue bendecido un crucifijo de unos cincuenta centímetros y pasó de mano en mano entre los presentes. Luego el Presidente del Comité señor Carlos Hernando Frías expresó su discurso de orden de manera clara, precisa y vibrante, ganándose el aplauso general.
De inmediato toda la concurrencia se dirigió a pie, escoltada por sus dirigentes, hasta el local institucional "El Azpitiano", donde se celebró una breve Sesión Solemne en homenaje a los fundadores de Azpitia, sirviéndose allí el almuerzo para los casi 150 asistentes. Engalanaron esta fiesta de los agricultores de Azpitia el Honorable Alcalde del Concejo Distrital de San Antonio señor Jesús Agapito, el Gobernador del Distrito de Santa Cruz de Flores señor Pedro Avalos Cuya, el Presidente del Comité Cívico Distrital de Apoyo a la Policía Nacional señor Bernardo Conde Trigueros y autoridades locales.
En todo lugar hay hombres que engrandecen a un pueblo y también hay otros que lo denigran. Esta vez el Comité de Regantes está en buenas manos porque está presidido por don Carlos Hernando Frías, hombre de trabajo con el cual los regantes tienen la absoluta confianza de que elevará a la más alta categoría espiritual al agricultor azpitiano. Lo acompañan en esta tarea los señores Máximo Martinez Camacho y Pedro Avila Gallegos.

TERREMOTO




El 15 de agosto del 2007 el Sur Chico del Perú fue azotado por un fuerte movimiento telúrico de 7.9 grados. Según los medios de comunicación, las ciudades de Pisco, Chincha, Ica y Cañete sintieron más la desolación de este fenómeno natural. La capital del Perú también fue remecida pero sin causar mayores daños. En la zona norte de la provincia de Cañete se sitúan los distritos de Chilca, San Antonio, Mala, Calango y Santa Cruz de Flores. Escribimos estas líneas con mucho dolor porque de estas cinco pequeñas ciudades fue Santa Cruz de Flores con sus 3,000 habitantes, la más castigada por el peor terremoto vivido por los peruanos en los últimos cincuenta años. Sólo me voy a limitar a escribir de Santa Cruz de Flores porque aquí también se reflejó toda la desgracia vivida por los demás compatriotas de las zonas devastadas del sur.
Este tranquilo lugar en dos minutos cambió su historia, quedando sin luz, agua, velas, fósforos, pilas, sin teléfonos, con mas de cien casas derribadas y el 70 por ciento de la ciudad malograda. Sin reponerse aún del infortunio, el sufrimiento y el dolor, horas después el pueblo vio el amanecer a la intemperie con su iglesia gravemente dañada que será preciso demolerla en su mayor parte y su obelisco con su reloj de cuatro caras de la Plaza de Armas, que es una joya en el Perú, a punto de desplomarse.
Pero esto no sólo ocurría en Santa Cruz de Flores y en las grandes ciudades del departamento de Ica, también hay un sinnúmero de pequeños pueblos del interior del país que son ignorados por los medios de publicidad y se encuentran “borrados” del mapa por el sismo.
Ante la tragedia, el corazón de los pueblos vecinos empezó a latir por Santa Cruz de Flores. Las primeras muestras de socorro vinieron de inmediato de los pueblos aledaños y la empresa privada. Al tercer día llegó ayuda humanitaria y auxilio de San Isidro, Chorrillos y otros distritos de la capital. En esta hora de reconciliación, de entrega y del perdón, siguen llegando a torrentes decenas de toneladas de víveres, agua, ropa, frazadas, carpas, etc.
El Gobernador señor Pedro Avalos Cuya, puso en alerta al equipo de seguridad ciudadana para un control estricto en la ciudad, organizando rondas hasta altas horas de la noche, previo empadronamiento de los damnificados.
La ayuda humanitaria del estado no llegó en los primeros dos días, pero después se hizo presente y el Gobierno Regional envió maquinarias para recoger escombros y limpiar la ciudad. Los pobladores sin perdida de tiempo se organizaron y empezaron a remover las casas destruidas con miras a levantar su nueva vivienda, pero se preguntaban ¿Con qué?...
La mayor parte de la población de estos pueblos vive de la agricultura, pero ninguna autoridad gubernamental parece darse cuenta que los canales que abastecen de agua a sus cultivos han sido destruidos. Es decir, lo pobladores tienen que reconstruir todo, viviendas, caminos, canales, puentes, edificios escolares, iglesia, etc. La atracción turística del distrito de Santa Cruz de Flores es San Vicente de Azpitia, la cual casi no sufrió mayores daños, sólo un par de casas destruidas y algunas perdidas menores, pero el canal principal que surte de agua a las tierras agrícolas de este lugar, tiene una longitud de 5.5 Km y atraviesa peligrosos acantilados sí fue dañado gravemente y enterrado en varios trechos por el desprendimiento de los cerros.
Me permito hacer una invocación a todos los hombres de buena voluntad, a los “florinos” del lugar y a los que se encuentran lejos de su tierra, poner el hombro para reconstruir la hermosa iglesia del lugar y el obelisco de la Plaza de Armas, que es el símbolo del pueblo.
Pero no hay mal que por bien no venga. La ciudad debe ser reconstruida por sus hijos, no sólo esperemos ayuda exterior, pongámonos de pie y manos a la obra para que pronto, desde sus escombros Santa Cruz de Flores se convierta en una ciudad alegre, bonita y moderna.

TERREMOTO

El 15 de agosto del 2007 el Sur Chico del Perú fue azotado por un fuerte movimiento telúrico de 7.9 grados. Según los medios de comunicación, las ciudades de Pisco, Chincha, Ica y Cañete sintieron más la desolación de este fenómeno natural. La capital del Perú también fue remecida pero sin causar mayores daños. En la zona norte de la provincia de Cañete se sitúan los distritos de Chilca, San Antonio, Mala, Calango y Santa Cruz de Flores. Escribimos estas líneas con mucho dolor porque de estas cinco pequeñas ciudades fue Santa Cruz de Flores con sus 2,700 habitantes, la más castigada por el peor terremoto vivido por los peruanos en los últimos cincuenta años. Sólo me voy a limitar a escribir de Santa Cruz de Flores porque aquí también se reflejó toda la desgracia vivida por los demás compatriotas de las zonas devastadas del sur.
Este tranquilo lugar en dos minutos cambió su historia, quedando sin luz, agua, velas, fósforos, pilas, sin teléfonos, con mas de cien casas derribadas y el 70 por ciento de la ciudad malograda. Sin reponerse aún del infortunio, el sufrimiento y el dolor, horas después el pueblo vio el amanecer a la intemperie con su iglesia gravemente dañada que será preciso demolerla en su mayor parte y su obelisco con su reloj de cuatro caras de la Plaza de Armas, que es una joya en el Perú, a punto de desplomarse.
Pero esto no sólo ocurría en Santa Cruz de Flores y en las grandes ciudades del departamento de Ica, también hay un sinnúmero de pequeños pueblos del interior del país que son ignorados por los medios de publicidad y se encuentran “borrados” del mapa por el sismo.
Ante la tragedia, el corazón de los pueblos vecinos empezó a latir por Santa Cruz de Flores. Las primeras muestras de socorro vinieron de inmediato de los pueblos aledaños y la empresa privada. Al tercer día llegó ayuda humanitaria y auxilio de San Isidro, Chorrillos y otros distritos de la capital. En esta hora de reconciliación, de entrega y del perdón, empezaron a llegar decenas de toneladas de víveres, agua, frazadas, carpas, etc.
La ayuda humanitaria del estado no llegó en los primeros tres días, luego se hizo presente el Gobierno Regional con maquinarias para recoger escombros y limpiar la ciudad. Los pobladores sin perdida de tiempo empezaron con remover las casas destruidas con miras a levantar su nueva casa, pero se preguntaban ¿Con qué?...
La mayor parte de la población de estas ciudades vive de la agricultura, pero ninguna autoridad gubernamental parece darse cuenta que los canales que abastecen de agua a sus cultivos han sido destruidos. Es decir, lo pobladores tienen que reconstruir todo, viviendas, caminos, canales, puentes, edificios escolares, iglesia, etc. La atracción turística del distrito de Santa Cruz de Flores es San Vicente de Azpitia, la cual casi no sufrió mayores daños, sólo un par de casas destruidas y algunas perdidas menores, pero el canal principal de riego de este lugar que tiene una longitud de 5.5 Km y atraviesa peligrosos acantilados sí fue dañado gravemente y enterrado en varios trechos por el desprendimiento de los cerros.
Me permito hacer una invocación a todos los hombres de buena voluntad, a los “florinos” del lugar y a los que se encuentran lejos de su tierra, colaborar para reconstruir la hermosa iglesia del lugar y el obelisco de la Plaza de Armas, que es el símbolo del pueblo.
Pero no hay mal que por bien no venga. La ciudad debe ser reconstruida por sus hijos, no sólo esperemos ayuda exterior, pongámonos de pie y manos a la obra para que pronto, desde sus escombros Santa Cruz de Flores se convierta en una ciudad alegre, bonita y moderna.

sábado, 12 de mayo de 2007

OVNI en Azpitia


La noche del 17 de abril de 1,987 fue particularmente hermosa en la aldea de Azpitia, Perú. La luna en su máximo esplendor alumbraba débilmente el verdor del valle, dibujando las figuras de la cadena de montañas desde el Cerro Viejo cerca de Calango hasta el pico Mirador en Mala. Igualmente desde las lomas del Higuerón hasta los cerros de Condoray. Todo estaba tenuemente iluminado pero nadie imaginaba que esa noche pasaría algo insólito en Azpitia.
Pues bien, esa fecha fue Viernes Santo y a las ocho de la noche casi todo el pueblo se encontraba en la iglesia cumpliendo con los ritos católicos conmemorando la muerte del Redentor del Mundo. El sacerdote recalcaba la vida, pasión y muerte del Hijo de nuestro Creador, mientras el pueblo acongojado escuchaba en absoluto silencio. Después de venerar la imagen de Cristo de acuerdo a los dogmas de nuestra fe, el Santo Sepulcro salió en procesión en medio de rezos y alabanzas de los creyentes.




A eso de las 11 de la noche, la andas y sus seguidores ya regresaban a la iglesia; se encontraban cerca a la unión de la calle San José y San Lucas, a unos cuantos metros del puente sobre el canal de Callaya; de pronto el firmamento se iluminó con una luz potente, fosforescente, verdosa, que permitió ver los cerros y la planicie con mucha claridad. Al instante una nave extraña se detuvo en el aire, frente al río, horizontalmente a la misma altura de la procesión. La gente se sobresaltó sin atinar qué decir, algunos sintieron temor, otros se quedaron absortos. Pero todos vieron el extraño objeto detenido, sin hacer ruido y con sus ventanas bien iluminadas. Después de permanecer unos diez segundos, avanzó raudamente hacia el norte, allende la quebrada, perdiéndose en medio de la tenue luz de la luna. Por un momento el gentío compuesto por cerca de cien personas, quedó impertérrito, desconcertado; pero luego, una vez pasada la sorpresa, hicieron diferentes comentarios de lo ocurrido.
Una vez que la nave desapareció, muchos decían que en las ventanillas vieron aparecer seres desconocidos. La extraña nave del tamaño de un bus no hizo ruido. La verdad es que a partir de ese momento, los incrédulos de la existencia de los Objetos Voladores no Identificados, cambiaron de parecer.
Estos estrambóticos objetos siempre son vistos en Azpitia. Muchos regantes afirman acaso sin exageración, que al recorrer las aguas para sus tierras en las noches solitarias de la zona, han visto la sigzagueante luz de escuadrillas de naves extrañas en el cielo. Aunque si estos objetos son observados por una persona, los que nunca han experimentado estos hechos, no creen, lo consideran una estulticia. Sólo si son vistos por varias personas a la vez, ya no queda la duda.
Estas apariciones nos dejan mucho para pensar. Podríamos decir que la nave o disco volador se detuvo a observarnos. ¿Qué fue en realidad lo que pasó? ¿Fue una alucinación colectiva? ¿Son seres extraterrestres? O son "los carros de Dios" como dice la Santa Biblia en el versículo 17 (18) del capitulo LXVIII del Libro de los Salmos.
Siguiendo con la Biblia y para no crear confusiones, invito al lector a dar una ojeada el primer capítulo del Libro del Profeta Ezequiel, también la primera parte del Capítulo 6 del Génesis. Seguro que encontrara muchas sorpresas.
No solamente en un libro tan antiguo y sagrado como la Biblia se hace alusión a estos objetos voladores y seres de otros mundos. En la mitología de la antigua Grecia también hallamos diferentes narraciones sobre carros voladores, tal el caso de Faetón, hijo de Helios y de Climea, quien obtuvo de su padre licencia para guiar un carro volador, subió al vehículo tirado por caballos y se fue a dar una vuelta por el firmamento. El carro adquirió vertiginosa velocidad sin que el imprudente joven supiera como detenerlo. El vehículo comenzó a arder y quemar todo lo que encontraba a su paso. El dios Zeus se enteró y tomó las precauciones para que la tierra entera no fuera a arder. Disparó un rayo al carro y cayeron al suelo convertidos en una hoguera en la desembocadura del rio Erídano, actualmente río Po del norte de Italia, que desemboca en el mar Adriático formando un extenso delta de siete brazos.
Según esta leyenda, los etíopes y otros pueblos del planeta tienen la piel oscura porque les chamuscó el calor de aquella ocasión.
Las visiones ocurridas en Azpitia no tuvieron la trascendencia del caso porque ningún medio de publicidad estaba en el lugar. Además nadie se interesó en difundirla. Al momento de tratar sobre estos asuntos, no faltan los escépticos porque nunca han visto estos prodigios en el cielo.
En Azpitia, no solamente se han visto objetos voladores no identificados, muchas personas atestiguan haber observado misteriosas bolas de fuego surcando el aire. Así sucedió el anochecer del 30 de noviembre de 1958, cuando los vecinos de Azpitia vieron una bola de fuego desplazarse en el cielo, en dirección sudeste. Definitivamente los testigos establecieron que no se trataba de globos artificiales, satélites ni fenómenos meteorológicos; era una enorme bola de fuego de color naranja intenso que iluminaba el firmamento y dio la impresión de que fue a posarse atrás de los cerros de Pampa de Zorro.
Confieso que una semana después, el 6 de diciembre, estuve todo el día cerca a la bocatoma del canal de Azpitia, cortando carrizos para fabricar canastas dedicadas a la pesca de camarones. No calculé bien el tiempo y me fue imposible hacer los tercios para transportarlo por el agua del canal hasta el sitio de La Cruz. Dejé los carrizos cortados en el monte y emprendí el regreso a Azpitia, distante unos 5 kilómetros, al pasar por el lugar llamado El Combate, a eso de las 7.00 de la noche, ví una bola de fuego que se posaba al fondo de la encañada existente en dirección norte de aquel lugar. Sentí miedo. La bola estaría a medio kilómetro, tendría la altura de una casa de dos pisos y también de color naranja intenso que iluminaba la pequeña quebrada. Lo único que atiné fue correr en dirección a Azpitia. No supe si la bola de fuego se apagó o se fue del lugar.
Los físicos dicen que sí es posible la existencia de estas bolas de fuego. Afirman que se originan por la elevada temperatura de un gas llamado plasma, cuando los átomos pierden electrones dando origen a fenómenos poco conocidos, apareciendo únicamente en las cercanías de los lugares por donde pasan líneas de alta tensión, produciendo ese plasma que adquiere forma esferoide.
Esta hipótesis podría causar más confusión en nosotros los ignaros acerca de estos asuntos. ¿Cómo se explica la aparición de estas bolas de fuego, lejos de las líneas de alta tensión?. Los casos vistos en Azpitia, ocurrieron muy lejos de alguna línea de alta tensión, es más, en ese tiempo ni siquiera existía luz electrica en los distritos vecinos.
¿Son pacíficos los OVNIS? ¿De donde proceden? ¿Hay alguna base de estas naves en el mar frente a Cerro de las Brujas? ¿Por qué ese cerro se llama de las Brujas? ¿Por qué la mayoría de sismos ocurridos en la costa central del Perú, tuvieron como epicentro el mar frente al mencionado cerro?
Tarde o temprano, los terrestres acabarán por encontrarse cara a cara con astronautas de algún planeta ajeno a nuestro sistema solar. La Teología dice que "los extraterrestres serán considerados como personas desde el punto de vista filosófico y como criaturas del Señor desde el punto de vista teológico".
Por mi parte, también conformé el tumulto de casi un centenar de personas que logramos ver aquella nave desconocida de Viernes Santo.

(Tomado del libro ¿Tiempos: Leyenda o Historia?, Primera Edición 2004)

viernes, 4 de mayo de 2007

EL PICANTE

Uno de los más ricos potajes de la gatronomía del Sur Chico, en la región Lima, Perú, es el Picante Azpitiano, una mixtura compuesta de papas sancochadas picadas y conservadas con abundante queso; además, ajiaco, raya guisada, cebiche de pescado, machas, pescado huatiado, camarones, chanques, aceitunas, yucas y humitas de queso. Todo con bastante ají.
Pero este platillo no es el alimento cotidiano de la gente de esta zona porque para su preparación son necesarios varios ingredientes difíciles de tener a la mano todos los días. Este plato no se acostumbra a servir en los grandes acontecimientos tales como matrimonios, aniversarios, misas para difuntos y bautizos, ya que en estos eventos reina la ancestral "Sopa Bruta" y la "Carapulca". El Picante Azpitiano es un plato que se prepara mayormente para beneficio de algo, es decir para vender y obtener utilidades, de tal forma que casi todas las pequeñas obras existentes en Azpitia se han construido con las utilidades producidas por la venta de esta humilde mixtura lugareña.
Para construir la iglesia por ejemplo, los pobladores se organizaron en comisiones y cada integrante aportaba un ingrediente, que así llamaremos a cada parte del Picante, y los expendían los domingos a la gente del mismo lugar y turistas. Quienes preparaban y llevaban los ingredientes eran las damas del lugar llamadas picanteras; ellas con sus mejores trajes, pulquerrimas, servían los platos a los comensales. Como no existía local apropiado para restaurante, un domingo lo hacían en casa de una persona, el próximo en casa de la otra y así sucesivamente hasta que todos los integrantes de la comisión lo hacían. El aporte que brindaba cada picantera era voluntario y gratuito. La última obra hecha mayormente con esa modalidad fue el local de la Casa Municipal construida en 1989.
Para servir el Picante Azpitiano se estilaba la siguiente forma: los organizadores nombraban serviciales, los cuales no eran otra cosa sino que los mozos encargados de la atención a los clientes; éstos al tener una orden, cogían el plato vacío y recorrían el lugar donde las picanteras se habían instalado, la primera colocaba la papa sobre el plato, luego pasaba donde la siguiente, quien ponía otro ingrediente, y así hasta terminar. Este trabajo también podía realizarlo el mismo cliente. Dicho de otra forma, era un verdadero autoservicio.
¿Pero cómo se originó este pintoresco plato compuesto de varios potajes a la vez?.- Los fundadores de Azpitia narraron que durante la excavación del canal, pasaron muchos días de aprieto económico, reconocieron que la conquista de la obra en su comienzo, más que un sueño fue una pesadilla; de tal forma que no le quedaba mas remedio que seguir adelante a como dé lugar. A algunos a veces se les agotaba el fiambre, pero como entre ellos siempre reinaba la unión, se daban la mano para lograr el fin de esta agotadora causa.
Nunca se mezquinaron nada, los mas fuertes trataron de proteger al débil, los pudientes prestaban socorro a los más necesitados. Entre ellos existió la cooperación verdadera de tal forma que para su alimentación los maleños llevaban papas y quesos; los bujaminos chanques, pescados y verduras; los florinos aportaron aceitunas y yucas, mientras que los chilcanos colaboraban con rayas y machas. Los camarones existían como “muela de gallos” en el río Mala, del cual preparaban el cebiche con zumo de uvas verdes. A la hora de almorzar intercambiaban sus productos quedando el plato de cada uno, rebosando con una variedad de sabores y colores. Esta seria la forma como empezó a difundirse este combinado que agregado el ají extraído de las parcelas de los yanacones de Piedra Angosta, habría tomado el nombre de Picante.
Sabemos que hay autores en los pueblos aledaños a Azpitia que atribuyen el invento de esta mixtura a otros lugares, eso podría ser cierto pero no esta sustentado, sin embargo los partes, diarios y documentos existentes en Azpitia y en el Archivo General de la Nación parecen confirmar la legitimidad de su origen. La prueba fehaciente para esta afirmación lo constituyen los informes del ingeniero Felipe Arancivia, enviado por el Gobierno Peruano a supervisar la obra, en mayo de 1902. No obstante debemos reconocer que el origen de este tradicional plato azpitiano se debe al aporte de florinos, maleños, chilcanos, bujaminos y chalacos, ya que mayormente de esos lugares procedían los hombres que construyeron el canal de la irrigación de San Vicente de Azpitia.
Existen otros tipos de Picantes en el valle de Mala, pero difieren notablemente del preparado en Azpitia. En Santa Cruz de Flores por ejemplo, lleva la sabrosa humita de racas; en Mala le agregan patita con maní u olluquito con charqui.
Lo notable de este plato lugareño, aparte de su exquisitez, es que con su venta se han financiado casi todas las obras en la comunidad, eso también ha ocurrido con los pueblos de la zona. Es que en Azpitia, como en todos los pueblos pequeños y villorrios del Perú, las obras han sido hechas por sus hijos. Tal el caso que cuando se fundó esta irrigación, no había carreteras. Sólo existía una antiquísima trocha de herradura suficiente para que los propietarios puedan dirigirse a sus parcelas. Entonces los fundadores se propusieron donar una parte de sus fundos para construir una carretera, aportando cada uno lo suficiente para que el camino hasta la ciudad de Flores tenga 10 metros de ancho. Todos lo hicieron con el mayor desprendimiento. Pero para construir los puentes sobre los canales, para comprar los materiales de construcción, se uso el sistema de la venta de Picantes. Y cosa interesante, cuando un turista viene a Azpitia, no sabe que ese camino que usa fue hecho por los pobladores. Es decir, el camino, los puentes, la iglesia, los canales, la municipalidad, la escuela, etc., todo fue hecho por los hijos de esta tierra.
Actualmente, aparte de constituir un sabroso alimento del valle, inexorablemente el Picante es sin regodeo, un símbolo de la unión y el progreso de los pueblos de la zona.

(Tomado del libro: Tiempos ¿Leyenda o Historia?, Edición 2004)

martes, 24 de abril de 2007

Azpitia: Comité Cívico

Con el fin de ayudar a las autoridades del lugar en la ejecución de obras de bien común, el 24 de marzo del 2,007, se reunieron 54 ciudadanos y constituyeron el Comité Cívico San Vicente de Azpitia, siendo reconocido por el Alcalde de la Municipalidad Distrital de Santa Cruz de Flores, mediante Resolución de Alcaldía N° 038 - 2007 A - MDSCF del 27 de marzo del 2007. De inmediato, el Comité y el Municipio suscriben un convenio por el cual el primero se compromete a ejecutar bajo su cuenta, costo y riesgo la limpieza y afirmado de 1.5 Km de la carretera Flores Azpitia, trabajo que fue cumplido en los últimos tres días del mes de marzo del 2007. El costo de toda la obra fue honrada por don Carlos Hernando Frías.A mediados de marzo la Municipalidad Distrital realizó labores de afirmado de calles en Azpitia, también en una distancia de 1.5 Km, pero a un elevado costo que supera los ocho mil dólares.
El Comité Cívico ha ofrecido apoyar y colaborar con las autoridades ediles e instituciones de Azpitia y Santa Cruz de Flores, en Cañete, Perú. En la fecha cuenta con casi un centenar de asociados
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domingo, 4 de marzo de 2007

Azpitianos

Un grupo de voluntarios, listos para realizar una jornada de aseo en el pueblo. Las mujeres son las que más colaboran en estas obras de bien común. Los niños sólo acompañan a sus progenitores.

Hombres y mujeres de Azpitia en una reunión social en el fundo La Huaca.

Aquí están: Teodolinda, Luisa, Magaly, Gliceria, Lucy, Hilda, Catita, Pilar, Elsa, Carlos y Malena.

Un sendero conformado con el típico salcay, muy usado en Azpitia. Sobre ella creceran las uvas quebrantas.




San Vicente Mártir, flanqueados por los peruanos Santa Rosa de Lima y San Martín de Porres, permanece en el altar mayor de la pequeña iglesia de San Vicente de Azpitia



La población de Azpitia reunida para empezar una liturgia. En Azpitia se celebra la misa dominical a las cinco de la tarde.


Así permanece la imagen de San Vicente Mártir en la iglesia de Azpitia, durante todo el mes de marzo. Los actos celebratorios empiezan con una paraliturgia el primer día de dicho mes, siendo el día central de la fiesta patronal el 11. Azpitia fue fundada el 11 de marzo de 1901, bajo la advocación de este milagroso santo español.





domingo, 18 de febrero de 2007

Fotos: tierras agrícolas de Azpitia

Esta galería de fotos corresponden a la llanura de la Primera Sección de la irrigación de San Vicente de Azpitia, Balcón del Cielo, Perú; donde se producen manzanas, melocotones, peras, uvas y panllevar. En Azpitia se produce el mejor pisco de uva quebranta mollar de la región.






























(Imágenes capturadas el 18 de febrero del 2,oo7)