viernes, 24 de agosto de 2007

FIESTA DE LOS AGRICULTORES DE AZPITIA


(Condensado del libro Tiempos: ¿Leyenda o Historia?)

28 de agosto de 1,902

"Los vientos alisios y remolinos sobre la pampa salitrosa cubierta de huacas y altibajos, parecían rendirse ante los treinta hombres que celebraban jubilosos la primera victoria de su atrevida obra de ingeniería hidráulica. El sol, dios de nuestros antepasados atestiguaba la felicidad de aquellos agricultores que sudorosos izaban la Santa Cruz, en señal de gratitud al Divino Hacedor, por haber logrado el anhelo de dotar de agua a las tierras de Azpitia.
Era aproximadamente las tres de la tarde del 28 de agosto de 1,902 cuando llegaron las aguas del río Mala a las áridas tierras de este Balcón del Cielo y empezaron a discurrir sin rumbo por la pampa. Los hacendados y algunos contemporáneos de la época no podían creer que este puñado de humildes campesinos había desviado las aguas del río Mala y mediante un acueducto conseguían elevarlo casi cien metros sobre el nivel del río.
Aquél lejano día del 28 de agosto de 1,902, no amaneció nublado como ocurre generalmente en esta época de invierno. El sol ascendió más brillante que de costumbre y cuando las aguas se esparcieron por la agreste llanura, los rostros endurecidos por el aire y tostados por el sol de aquellos hombres se emocionaron hasta las lagrimas. Se metieron al canal y se empaparon con agua, estaban alegres, felices, reían y se abrazaban. De rodillas dieron gracias a Dios y cogiendo el agua hicieron la Señal de la Cruz.
Luego bajaron al río y cortaron los sauces más grandes del monte, de cuyos tallos hicieron una cruz y lo plantaron en el mismo lugar donde las aguas del río Mala alcanzaban la parte plana, allí frente al Santo Madero se tomaron de la mano y rezaron el Bendito."

28 de agosto del 2007

Este año los dirigentes del Comité de Regantes de Azpitia organizaron la celebración de la fiesta por la llegada del agua a estas pampas. Pero hay que dejar constancia que el canal de Azpitia fue dañado gravemente por el terremoto del 15 de agosto del 2007, sin embargo los agricultores con sus dirigentes a la cabeza emprendieron la dura tarea de reconstruir el canal que habia sido borrado en muchos tramos, especialmente en los lugares donde los acantilados se presentan de manera vertical, tales como los sitios llamados "Salsipuedes", "El Combate", La Piedra de Calixto" "El Paso" "La Pascana de Tata", etc. Pero aquí otra vez los azpitianos demostraron que van un paso adelante, ya que sin esperar ayuda de nadie empezaron con la reconstrucción del canal al siguiente día del sismo, logrando en una semana dejarlo limpio y en perfecto estado. En esta tarea se invirtieron 305 días-hombre de trabajo y los agricultores aportaron casi mil dolares en efectivo para gastos extras.
El Comité de Regantes de Azpitia tiene su local en la avenida San Lucas Nª 23, el mismo que cuenta con telecable, internet, computadores y una secretaria que atiende a los agricultores en horas de oficina. Los regantes son informados de manera eficiente acerca de sus turnos de agua y los pagos por uso de agua.

Este año, con motivo del 105 aniversario de la llegada del agua a las pampas de Azpitia, los dirigentes del Comite organizaron la ceremonia cuyo programa fue el siguiente:
A las 12.00 del día fue la Misa de Campaña de Acción de Gracias en el sitio de La Cruz, celebrada por el R.P. Julio Ontiveros; donde después de la Misa se implantó como una reminiscencia el acto de coger el agua del canal, ser bendecida por el sacerdote y todos los presentes se hicieron la Señal de la Cruz con esa agua. Este acto evocaba la acción de los fundadores, quienes cuando llegó el agua hicieron lo mismo pero cogiéndolo del canal.
Enseguida fue bendecido un crucifijo de unos cincuenta centímetros y pasó de mano en mano entre los presentes. Luego el Presidente del Comité señor Carlos Hernando Frías expresó su discurso de orden de manera clara, precisa y vibrante, ganándose el aplauso general.
De inmediato toda la concurrencia se dirigió a pie, escoltada por sus dirigentes, hasta el local institucional "El Azpitiano", donde se celebró una breve Sesión Solemne en homenaje a los fundadores de Azpitia, sirviéndose allí el almuerzo para los casi 150 asistentes. Engalanaron esta fiesta de los agricultores de Azpitia el Honorable Alcalde del Concejo Distrital de San Antonio señor Jesús Agapito, el Gobernador del Distrito de Santa Cruz de Flores señor Pedro Avalos Cuya, el Presidente del Comité Cívico Distrital de Apoyo a la Policía Nacional señor Bernardo Conde Trigueros y autoridades locales.
En todo lugar hay hombres que engrandecen a un pueblo y también hay otros que lo denigran. Esta vez el Comité de Regantes está en buenas manos porque está presidido por don Carlos Hernando Frías, hombre de trabajo con el cual los regantes tienen la absoluta confianza de que elevará a la más alta categoría espiritual al agricultor azpitiano. Lo acompañan en esta tarea los señores Máximo Martinez Camacho y Pedro Avila Gallegos.

TERREMOTO




El 15 de agosto del 2007 el Sur Chico del Perú fue azotado por un fuerte movimiento telúrico de 7.9 grados. Según los medios de comunicación, las ciudades de Pisco, Chincha, Ica y Cañete sintieron más la desolación de este fenómeno natural. La capital del Perú también fue remecida pero sin causar mayores daños. En la zona norte de la provincia de Cañete se sitúan los distritos de Chilca, San Antonio, Mala, Calango y Santa Cruz de Flores. Escribimos estas líneas con mucho dolor porque de estas cinco pequeñas ciudades fue Santa Cruz de Flores con sus 3,000 habitantes, la más castigada por el peor terremoto vivido por los peruanos en los últimos cincuenta años. Sólo me voy a limitar a escribir de Santa Cruz de Flores porque aquí también se reflejó toda la desgracia vivida por los demás compatriotas de las zonas devastadas del sur.
Este tranquilo lugar en dos minutos cambió su historia, quedando sin luz, agua, velas, fósforos, pilas, sin teléfonos, con mas de cien casas derribadas y el 70 por ciento de la ciudad malograda. Sin reponerse aún del infortunio, el sufrimiento y el dolor, horas después el pueblo vio el amanecer a la intemperie con su iglesia gravemente dañada que será preciso demolerla en su mayor parte y su obelisco con su reloj de cuatro caras de la Plaza de Armas, que es una joya en el Perú, a punto de desplomarse.
Pero esto no sólo ocurría en Santa Cruz de Flores y en las grandes ciudades del departamento de Ica, también hay un sinnúmero de pequeños pueblos del interior del país que son ignorados por los medios de publicidad y se encuentran “borrados” del mapa por el sismo.
Ante la tragedia, el corazón de los pueblos vecinos empezó a latir por Santa Cruz de Flores. Las primeras muestras de socorro vinieron de inmediato de los pueblos aledaños y la empresa privada. Al tercer día llegó ayuda humanitaria y auxilio de San Isidro, Chorrillos y otros distritos de la capital. En esta hora de reconciliación, de entrega y del perdón, siguen llegando a torrentes decenas de toneladas de víveres, agua, ropa, frazadas, carpas, etc.
El Gobernador señor Pedro Avalos Cuya, puso en alerta al equipo de seguridad ciudadana para un control estricto en la ciudad, organizando rondas hasta altas horas de la noche, previo empadronamiento de los damnificados.
La ayuda humanitaria del estado no llegó en los primeros dos días, pero después se hizo presente y el Gobierno Regional envió maquinarias para recoger escombros y limpiar la ciudad. Los pobladores sin perdida de tiempo se organizaron y empezaron a remover las casas destruidas con miras a levantar su nueva vivienda, pero se preguntaban ¿Con qué?...
La mayor parte de la población de estos pueblos vive de la agricultura, pero ninguna autoridad gubernamental parece darse cuenta que los canales que abastecen de agua a sus cultivos han sido destruidos. Es decir, lo pobladores tienen que reconstruir todo, viviendas, caminos, canales, puentes, edificios escolares, iglesia, etc. La atracción turística del distrito de Santa Cruz de Flores es San Vicente de Azpitia, la cual casi no sufrió mayores daños, sólo un par de casas destruidas y algunas perdidas menores, pero el canal principal que surte de agua a las tierras agrícolas de este lugar, tiene una longitud de 5.5 Km y atraviesa peligrosos acantilados sí fue dañado gravemente y enterrado en varios trechos por el desprendimiento de los cerros.
Me permito hacer una invocación a todos los hombres de buena voluntad, a los “florinos” del lugar y a los que se encuentran lejos de su tierra, poner el hombro para reconstruir la hermosa iglesia del lugar y el obelisco de la Plaza de Armas, que es el símbolo del pueblo.
Pero no hay mal que por bien no venga. La ciudad debe ser reconstruida por sus hijos, no sólo esperemos ayuda exterior, pongámonos de pie y manos a la obra para que pronto, desde sus escombros Santa Cruz de Flores se convierta en una ciudad alegre, bonita y moderna.

TERREMOTO

El 15 de agosto del 2007 el Sur Chico del Perú fue azotado por un fuerte movimiento telúrico de 7.9 grados. Según los medios de comunicación, las ciudades de Pisco, Chincha, Ica y Cañete sintieron más la desolación de este fenómeno natural. La capital del Perú también fue remecida pero sin causar mayores daños. En la zona norte de la provincia de Cañete se sitúan los distritos de Chilca, San Antonio, Mala, Calango y Santa Cruz de Flores. Escribimos estas líneas con mucho dolor porque de estas cinco pequeñas ciudades fue Santa Cruz de Flores con sus 2,700 habitantes, la más castigada por el peor terremoto vivido por los peruanos en los últimos cincuenta años. Sólo me voy a limitar a escribir de Santa Cruz de Flores porque aquí también se reflejó toda la desgracia vivida por los demás compatriotas de las zonas devastadas del sur.
Este tranquilo lugar en dos minutos cambió su historia, quedando sin luz, agua, velas, fósforos, pilas, sin teléfonos, con mas de cien casas derribadas y el 70 por ciento de la ciudad malograda. Sin reponerse aún del infortunio, el sufrimiento y el dolor, horas después el pueblo vio el amanecer a la intemperie con su iglesia gravemente dañada que será preciso demolerla en su mayor parte y su obelisco con su reloj de cuatro caras de la Plaza de Armas, que es una joya en el Perú, a punto de desplomarse.
Pero esto no sólo ocurría en Santa Cruz de Flores y en las grandes ciudades del departamento de Ica, también hay un sinnúmero de pequeños pueblos del interior del país que son ignorados por los medios de publicidad y se encuentran “borrados” del mapa por el sismo.
Ante la tragedia, el corazón de los pueblos vecinos empezó a latir por Santa Cruz de Flores. Las primeras muestras de socorro vinieron de inmediato de los pueblos aledaños y la empresa privada. Al tercer día llegó ayuda humanitaria y auxilio de San Isidro, Chorrillos y otros distritos de la capital. En esta hora de reconciliación, de entrega y del perdón, empezaron a llegar decenas de toneladas de víveres, agua, frazadas, carpas, etc.
La ayuda humanitaria del estado no llegó en los primeros tres días, luego se hizo presente el Gobierno Regional con maquinarias para recoger escombros y limpiar la ciudad. Los pobladores sin perdida de tiempo empezaron con remover las casas destruidas con miras a levantar su nueva casa, pero se preguntaban ¿Con qué?...
La mayor parte de la población de estas ciudades vive de la agricultura, pero ninguna autoridad gubernamental parece darse cuenta que los canales que abastecen de agua a sus cultivos han sido destruidos. Es decir, lo pobladores tienen que reconstruir todo, viviendas, caminos, canales, puentes, edificios escolares, iglesia, etc. La atracción turística del distrito de Santa Cruz de Flores es San Vicente de Azpitia, la cual casi no sufrió mayores daños, sólo un par de casas destruidas y algunas perdidas menores, pero el canal principal de riego de este lugar que tiene una longitud de 5.5 Km y atraviesa peligrosos acantilados sí fue dañado gravemente y enterrado en varios trechos por el desprendimiento de los cerros.
Me permito hacer una invocación a todos los hombres de buena voluntad, a los “florinos” del lugar y a los que se encuentran lejos de su tierra, colaborar para reconstruir la hermosa iglesia del lugar y el obelisco de la Plaza de Armas, que es el símbolo del pueblo.
Pero no hay mal que por bien no venga. La ciudad debe ser reconstruida por sus hijos, no sólo esperemos ayuda exterior, pongámonos de pie y manos a la obra para que pronto, desde sus escombros Santa Cruz de Flores se convierta en una ciudad alegre, bonita y moderna.